Kayak en Groenlandia

Los buenos recuerdos que tenemos de nuestro viaje de 2008 hacen que este año repitamos destino: Groenlandia. Esta vez realizaremos una expedición en kayak por los fiordos de la zona sur que durará 12 días.


Día 1 (30-07-2010) Madrid - Keflavik


El viaje a Groenlandia no es fácil de organizar. Hoy volaremos desde Madrid a Barcelona, y desde allí a Keflavik (aeropuerto internacional de Islandia), donde pasaremos la noche. Para al día siguiente volar a Nasarsuaq.

Es la segunda vez que hacemos el vuelo Barcelona - Keflavik, y por segunda vez tenemos problemas. Si hace un par de años nos perdieron la maleta, esta vez salimos de Barcelona con un retraso de 4 horas, que hizo que no llegáramos a nuestro alojamiento en Islandia hasta las 3 de la madrugada. Dormimos en el Bed and Breakfast Keflavik Airport. Es un sitio que está bien para pasar una noche cerca del aeropuerto.


Día 2 (31-07-2010) Keflavik- Narsak


Por la mañana conocemos a parte del grupo con el que conviviremos los próximos días. Vamos en una furgoneta desde Keflavik a Reykiavik. En el camino paramos en la Blue Lagoon. A las 13:45 sale nuestro vuelo a Nasarsuaq, que durará unas 4 horas. El cielo está nublado mientras sobrevolamos Groenlandia, aun así, podemos disfrutar de la vista aérea mientras sobrevolamos los glaciares.

Llegamos al pequeño aeropuerto de Nasarsuaq. Allí coincidimos con algunas personas a las que conocimos en nuestro viaje de hace 2 años, nos hace ilusión reencontrarnos con compañeros de aventuras en lugares tan lejanos. También nos espera nuestro guía para este viaje. Se reúne todo el grupo, y allí mismo, sentados sobre una zona de césped, el guía nos da las primeras explicaciones sobre el viaje.


Terminadas las presentaciones y explicaciones básicas, cogemos nuestras mochilas y andamos hasta el embarcadero. Desde allí, una zodiac nos llevará a la pequeña ciudad de Narsaq. El trayecto, de más de una hora es espectacular. Navegamos entre grandes icebergs. Aunque antes de subir a la zodiac no hacía mucho frío, ahora sí que lo hace. La velocidad hace que la sensación térmica baje muchísimo, y el viento se cuela entre las ropas, a pesar de que vamos muy preparados.

Llegamos a Narsaq. Allí pasaremos la noche. Antes de dormir, cenamos y preparamos todo nuestro equipaje para la expedición que comenzará mañana.


Día 3 (01-08-2010) Inicio de la expedición


Distancia: 9.36 kilómetros
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Estoy deseando subirme al kayak y empezar a dar paladas. El viaje hasta aquí, aunque bonito, ha sido agotador y necesito comenzar ya la aventura sobre el agua. Pero antes tenemos que preparar todo el equipo. Caminamos hasta el hangar donde están los kayaks, los remos, los trajes aislantes, las botas... Elegimos el material con mucho cuidado, ya que será el único del que dispondremos en las próximas 2 semanas. Lo porteamos todo hasta la orilla y por fin nos echamos al agua.

Comenzamos en una pequeña bahía, donde el viento ha acumulado grandes icebergs. Las primeras sensaciones son buenas. El kayak, aun cargado con todo nuestro equipaje, material de campamento y comida para toda la expedición, parece ligero y estable. La temperatura es buena y no hace viento. Así es que la navegación es tranquila y apacible.


Hoy, por ser el primer día, no haremos una jornada muy larga. Además hemos comenzado tarde al tener que prepararlo todo. Nuestro objetivo es cruzar hasta la Isla de los Caribús, dejando Narsaq a nuestra izquierda. Cuando llegamos a la isla hacemos una parada para comer. Repuestas las fuerzas, continuamos nuestra ruta bordeando la costa sur de la isla. Estamos en el fiordo Tunulliarfik. Avanzamos durante unas horas hasta encontrar un lugar apropiado para montar nuestro campamento.

Colocamos las tiendas y hacemos la cena. Hoy cenamos sopa y cuscús. La comida caliente se agradece después de pasar la jornada en el agua. Charlamos un rato mientras anochece. Ya de noche, desde una pequeña loma, podemos divisar a lo lejos las luces de Narsaq, adornadas por la luna y su reflejo en el mar. Una relajante imagen para finalizar el día.


Día 4 (02-08-2010) Cabaña de Ujaraq


Distancia: 18 kilómetros
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Hoy realizaremos uno de los tramos más largos de la expedición. Nuestro objetivo es llegar a la cabaña de Ujaraq, un viejo cazador inuit que vive en medio de la nada y nos permitirá acampar al lado de su casa.

Hace un buen día y la navegación se hace cómoda y sencilla. Durante toda la mañana continuamos bordeando la costa sur de la isla. Después de una parada que hacemos para comer y reponer fuerzas, alcanzamos una bahía por la que navegaremos dirección norte. Casi al final de este entrante se encuentra la cabaña del cazador.

Amarramos bien nuestros kayaks y descargamos el material de acampada. Tenemos que subir una empinada rampa hasta llegar a la casa. Una vez subido todo el material, instalamos nuestro campamento cerca de la cabaña.

Ujaraq no está, pero nos ha dado permiso para visitar su casa. Pasamos lo que queda de tarde observando los detalles de la casa, y con cada detalle imaginamos cómo puede ser la vida diaria en un lugar tan alejado de todo como este.

Se hace de noche. Al salir de la casa vemos como la temperatura ha caído bastante y se está formando niebla. Rápidamente nos metemos en nuestras tiendas a dormir.


Día 5 (03-08-2010) Cruzando el fiordo


Distancia: 12.8 kilómetros
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El día de hoy será algo complicado. El primer obstáculo será cruzar la isla Tugtutoq hasta el fiordo Sermilik, que está al norte. La bahía por la que nos adentramos ayer casi conecta con el fiordo del norte, pero no lo hace del todo, por lo que tenemos que echar pie a tierra y portear los kayaks y el pesado material. Es un trabajo duro, pero en el trayecto encontramos un par de pequeños lagos donde podemos flotar los kayaks y aliviar el trabajo.

Tras el porteo llegamos a una gran laguna que conecta con el fiordo mediante un canal bastante estrecho. Es importante navegar por este canal justo en el momento en el que la marea está más tranquila, ya que mientras sube o baja se produce bastante corriente en el canal. Hemos llegado al lugar con tiempo suficiente para comer y descansar mientras esperamos al momento idóneo para cruzar el canal.

Superada la segunda complicación del día, nos encontramos en el fiordo Sermilik. Importantes glaciares alimentan a este fiordo de icebergs que lo recorren en dirección suroeste, buscando el mar del Labrador. Cruzar sus 5 kilómetros de anchura será la última dificultad del día. Al conectar de forma tan directa con mar abierto encuentras más oleaje que las aguas que habíamos recorrido hasta ahora. También es importante estar aquí el menor tiempo posible. En estos fiordos, tan cercanos al Inlandis y formados por paredes de gran altura, se suelen formar vientos llamados Foehn. Se forman de forma bastante repentina y pueden ser muy fuertes.

Después de cruzar el fiordo, nos tomamos un descanso. En esta zona hay unas antiguas tumbas inuits que estuvimos visitando. Tras el descanso navegamos por la costa oeste del fiordo Qaleragdlit (o fiordo de Fletanes). Avanzada la tarde encontramos un buen lugar para acampar y pasar la noche.


Día 6 (04-08-2010) Llegando a Fletanes


Distancia: 13.6 kilómetros
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Hoy recorreremos el fiordo de fletanes o Qaleragdlit. Cuando estuvimos hace dos años en Groenlandia, esta fue la zona que más nos gustó, así es que resulta emocionante recorrerlo ahora en el kayak. Es un fiordo de casi 20 kilómetros de largo y 2 de ancho, con paredes de hasta 80 metros de alto. Durante todo el día vamos navegando hacia el norte, haciendo algunas paradas para descansar y reponer fuerzas, hasta que llegamos a la zona final del fiordo. Tres frentes glaciares limitan el fiordo con sus altísimos muros de hielo. A partir de aquí, y hacia el norte, todo es hielo. Si anduviéramos dirección norte, durante más de 2000 kilómetros lo único que veríamos sería hielo. Es el Inlandis, la segunda masa de hielo más grande del planeta después de la Antártida.


Los glaciares en continuo movimiento han ido erosionando el terreno. Todo lo que no cubre el hielo son rocas y arena. Aquí montamos el campamento, justo al lado de una playa de arena fina bañada por aguas gélidas y a la que vienen a morir los icebergs que se originan en los glaciares que tenemos al frente. Pese a lo fría que puede resultar la imagen, la tarde está soleada, y el sol calienta lo suficiente como para dejarnos disfrutar de dar un paseo descalzos por esta increíble playa. Un merecido relax después de una intensa jornada de remo.


Día 7 (05-08-2010) Expedición al glaciar


Distancia: 14.72 kilómetros
Desnivel: 580 metros
Terreno: Hielo
Tiempo: 6.5 horas
Ayer durante la cena decidimos que, si la meteorología lo permitía, el día de hoy lo dedicaríamos a hacer un trekking en el glaciar. Nuestro objetivo será caminar hacia el interior del hielo hasta llegar a un “nunatak”. Nunatak es una palabra de origen inuit que sirve para denominar a una isla de roca, que emerge en mitad del glaciar.

La idea es pasar la noche en el nunatak, rodeados del hielo. La ilusión por pasar una noche en un lugar tan singular vence a las dudas que tiene el grupo sobre el frío que puede hacer allí. Así es que, decidido el objetivo, preparamos nuestras mochilas con todo lo necesario para afrontar este pequeño reto. Además llevamos 3 pulcas para transportar material común de acampada y cocina.

El inicio de la ruta no es sencillo. El hielo está en buenas condiciones y la meteorología acompaña. Pero a medida que nos vamos adentrando en el glaciar el hielo es más compacto y resbaladizo, por lo que necesitamos utilizar crampones. Durante el camino vamos observando las formaciones típicas que se producen en los glaciares: profundas grietas, ríos subterráneos, harina glaciar...

Llegados a un punto, debemos cruzar una morrena. Está formada por rocas, hielo y barro. Es bastante complicado subir con el peso de las pulcas, sobre todo porque muchas veces no es fácil distinguir el hielo si está cubierto por la arena. Se producen varios resbalones y caídas.

Conseguimos cruzar la morrena. Estamos agotados así es que hacemos un descanso antes de afrontar el último tramo. Repuestas las fuerzas continuamos caminando por el hielo, siempre en pendiente ascendente, hasta llegar al nunatak. Subimos hasta su punto más alto para admirar el lugar donde nos encontramos. Es impresionante ver como estamos rodeados de hielo hasta donde alcanza la vista. El esfuerzo ha merecido la pena.



Continuará...

 

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